miércoles, 24 de junio de 2009

Es A Ti A Quien Quiero - cap 06 - Inuyasha x Kagome

CAP 6
Inuyasha cerró los ojos y acercó sus labios a los de kagome lentamente, pero ella bajó la cabeza: no quería hacerse ilusiones. Un tiempo antes, le hubiera correspondido con ganas, pero en aquel momento no se atrevía. Sentía que no se merecía aquella muestra de cariño y confianza.
Era de noche. Inuyasha se encontraba solo en el bosque, sentado en las raíces del árbol sagrado. No podía dejar de pensar sobre lo que había estado a punto de suceder entre él y kagome. Había estado tan cerca… Qué podía hacer? Él se conformaría con que todo volviera a la normalidad. Discutir tres o cuatro veces al día, durante el cual no hacían más que matar demonios. En aquel tiempo no supo valorar lo que tenía. En cambio, ahora todo era tensión. Sabía que cuando ella volvía a su mundo, había alguien que la estaba esperando. Ese alguien era quien ocupaba el corazón de kagome… su dulce kagome… Pensar en ello le ponía de mal humor. Tenía miedo de volverse posesivo. Kagome era feliz al lado de ese tal Hojo: aquello era algo que tenía que aceptar. Con que ella fuera feliz, se conformaba.
Había una posibilidad de hacer las paces, pero era prácticamente imposible de que funcionara: podría intentar contarle la verdad. Pero aquello era algo que ya intentó una vez y la chica no quiso escucharle. Además, aunque le doliera, él sabía que kagome tenía todo el derecho a estar enfadada y nunca había pensado en reprochárselo.
Al cabo de 2 semanas…
Por fin habían llegado! Se encontraban en las puertas de la frontera entre el infierno y la Tierra. Todos, incluso inuyasha, se encontraban nerviosos. Habían estado en el Más Allá (el cielo) pero nunca habían estado en el infierno. Aunque sabían que no tendrían que entrar directamente al infierno, sabían que les aguardaban peligros sobrenaturales. La muerte de Naraku era reciente, por lo tanto su alma aún estaría en la frontera.
- Y bien… Quien entra primero?- preguntó Miroku señalando el estanque negro y brillante que hacía de portal.
- Yo- se ofreció inuyasha.
El chico avanzó con inseguridad y se lanzó al agua. Lo siguieron sango, kagome, kirara, shippou (obligado por Miroku) y por último, el bonzo cerró el grupo. Durante el rato que estuvieron viajando por la puerta tridimensional, perdieron la noción del tiempo. Era como estar rodeados de colores rojos, grises y negros, flotando. Al cabo de lo que les parecieron horas, llegaron a una especie de pantano de colores tétricos, aunque la leve neblina que había era roja. Un escenario totalmente terrorífico, muy típico del infierno.
De repente, una sombra oscura surgió de la penumbra. Todos se pusieron en posición de guardia. Cuando la tuvieron cerca y pudieron apreciar su aspecto, un escalofrío les recorrió la espina dorsal a todos. Vestía con una túnica negra con capucha y, debajo de ésta, podía verse una calavera de aspecto momificada. En el interior de las cuencas de los ojos, solo había una luz roja fantasmal: aquello era la cara de aquel siniestro personaje. Empezó a hablar con una voz fría y terrorífica:
- Bienvenidos a la Frontera. Un momento… Quiénes sois? No estáis muertos…
- Venimos a eliminar el alma de un espíritu maligno- respondió recelosamente Miroku.
- Y qué os hace pensar que sois dignos de adentraros en el mundo de los muertos?- preguntó la misteriosa figura.
- Y tú quien eres, si se puede saber?- replicó inuyasha como modo de respuesta.
- Me llamo Suzinku y represento a los espíritus malignos-respondió Suzinku fríamente- si queréis pasar, vais a tener que demostrarme que sois dignos.
Suzinku miró al grupo durante unos segundos y abrió un poco la mandíbula, como si estuviera sonriendo maliciosamente: podía apreciar un sentimiento puro y bello en el aire. Entre aquel mediodemonio y aquella chica de extraños ropajes podía notar aquel sentimiento al que los humanos llamaban amor. Aunque no eran solo ellos dos (entre el bonzo y la matademonios también lo notaba), era el amor más profundo que había en el aire. En ese caso, podría aplicar…
- Vais a tener que pasar la prueba del Sacrificio Mutuo- informó Suzinku sin cambiar el frío tono de voz.
- Y eso en qué consiste?- preguntó Sango con cierta inseguridad.
- Es muy fácil. Tú y tú- dijo señalando a inuyasha y luego a kagome, que dio un leve salto del susto- si vuestras mentes son capaces de interpretar los sentimientos humanos de manera correcta y digna de entrar en el malvado infierno, significará que sois dignos y os dejaré pasar a todos. En caso contrario, vais a tener que marcharos. Sólo tenéis una oportunidad. Estáis dispuestos a correr este riesgo?
Los dos lo meditaron durante unos segundos sin mirarse y luego asintieron débilmente con la cabeza.
- Bien- fue lo único que dijo la momia encapuchada.
Al instante, tanto inuyasha como kagome dejaron de tocar de pies en el suelo y fueron transportados… a la nada. No podía decirse de otra forma. En cierto modo, aquel lugar oscuro sin fondo recordaba al meîdo.
- Es muy sencillo- la voz de Suzinku resonó por los alrededores. Al instante, los dos empezaron a notar un peso en su mano derecha: un afilado puñal de un palmo y medio de longitud había aparecido de repente. Suzinku continuó hablando- si uno de los dos muere, podréis continuar vuestro camino, esta vez sin dificultades. Si no lo habéis hecho antes de que cuente un minuto, moriréis los dos.
- Prefiero morir- afirmó inuyasha mirando a kagome a la cara. Dejó caer el cuchillo, que se quedó flotando en la nada.
- Y yo- dijo también ella, dejando caer también el puñal.
- Estáis seguros?- preguntó la metálica voz de Suzinku- vais a salir perdiendo.
- Nunca haría algo semejante- dijo inuyasha totalmente seguro de sí mismo: nunca, bajo ninguna circunstancia, sería capaz de hacerle daño a esa mujer que tanto quería: nunca.
- Tendría que estar loca para hacer algo así- dijo kagome: inuyasha y ella estaban pensando exactamente lo mismo.
- Lo confirmáis? No os lo voy a preguntar otra vez.
-Sí.
-Sí.
Al instante, el oxígeno se esfumó. Al cabo de un minuto, kagome, que era la más débil, se desmayó: se estaba ahogando. Al ser un mediodemonio, Inuyasha podría resistir un poco más. Se acercó a la chica y la cogió por los hombros a la desesperada.
- Kagome! Despierta, por favor!!!- se detuvo unos instantes para pensar rápidamente una solución y luego gritó- Suzinku! Escúchame! Si yo muero, prométeme que ella vivirá!
- Ju,ju…-se mofó la voz- lo prometo…
El puñal de plata volvió a aparecer en su mano. Sin vacilar, lo empuñó con fuerza y se clavó la afilada hoja en el estómago.
FIN DEL CAP 6!

No hay comentarios:

Publicar un comentario