miércoles, 24 de junio de 2009

Family Planning - cap 07 - Hana Yori Dango

— Aquí estamos.
Tsukushi y Doumyouji habían llegado a una zona de tiendas en un distrito de mediana calidad. Al parecer no era nada especial, no había marcas caras, ninguna cadena de tiendas, solo negocios pequeños. Tsukushi encontró bastante extraño ver a Doumyouji en un lugar donde usualmente iban plebeyos.
Caminaron por un tiempo por el lugar, Doumyouji parecía que buscaba algo ya que fruncía el ceño al mirar los letreros de las tiendas. Finalmente él encontró la que buscaba, era una tienda de ropa con un frente polvoriento y Rui, Nishikaido y Mimasaka esperaban afuera por ellos. En el letrero que estaba encima se podía leer «Tienda de disfraces Tomoyo Daidouji, Pre hecho y fabricado bajo pedido. Clientes que necesiten información son bienvenidos»
— Bien —dijo Mimasaka — Esta es la dirección que me dijo Shigeru. No entiendo como ella compra en un sitio tan poco elegante.
— ¿Vamos a comprar una barriga en una tienda de disfraces? —dijo Tsukushi
— Dime en donde puedes encontrar otro lugar en el que puedas comprar un vientre falso, genio —dijo Nishikaido

—No le dijiste a Shigeru que Tsukushi pretende estar embarazada, ¿no es así? —dijo Rui
— No —dijo con orgullo Mimasaka — ¿Recuerdan que este es un secreto que juramos mantener solo entre nosotros? Solo le dije que necesitaba encontrar un disfraz de pirata, para una fiesta de disfraces que mi novia estaba preparando y le pregunté a ella donde compra sus trajes. Estaba tan feliz de decirme, así que me dijo que esta era la mejor de todas.
— Se ve tan anticuada —dijo Nishikaido desdeñoso
— No juzguen a un libro por su tapa —dijo Tsukushi defendiendo todo lo que era bueno y común.
Uno a uno entraron por la estrecha puerta. Una campanita indicó su presencia y el encargado, un sencillo hombre de mediana edad, los miró desde detrás del mostrador donde, aparentemente estaba arreglando un elaborado chaleco.
— Hola —saludó Mimasaka — Estamos buscando un traje
— ¿De qué tipo? —preguntó el encargado
Tsukushi estaba segura de que se anotarían un hit. Seguramente, ellos no irían a decir que querían comprar un vientre falso para engañar a la mujer que tenia la economía de Japón en sus manos, Doumyouji Kaede, y hacerle creer que una adolecente estaba embarazada.
— Queremos comprar disfraces para una escena de nacimiento
— ¿Los reyes magos, los pastores o los ángeles?
— Umm —dijo Mimasaka, realmente no había pensado mucho en eso
— Los reyes magos — respondió Nishikaido rápidamente — También queremos disfraces de María y José.
— ¿Son para ustedes o los están ordenando para alguien más?
— Para nosotros —dijo Rui — ¿Tiene algo en existencia, en este momento?
— Por supuesto que no, aún faltan aproximadamente ocho meses para navidad. Dudo mucho que haya alguna orden de disfraces para nacimiento
— Bueno, verá —dijo Doumyouji arrogantemente — Es para una obra de teatro que nuestra escuela presentará a final de año y hemos querido preparar todo antes de tiempo.
— ¿Ocho meses antes? Que chicos tan responsables son. Lamento decírselos pero no tenemos esos disfraces en este momento. Pero siempre puedo hacérselos.
— Eso estaría bien —dijo Mimasaka rápidamente — ¿Tiene algún accesorio en existencia? Como, ya sabe...
— ...un vientre para nuestra María — finalizó torpemente Nishikaido por suerte. Sin embargo, el encargado no notó nada.
— Podría ser... ya que no es específicamente un disfraz navideño. ¿Es para la chica?
— Si
— Un momento —el encargado hasta la trastienda, y regresó con una larga y fea panza plástica de color azul.
— Ésta es la única que tenemos de su talla —dijo el hombre
— ¿No tiene algo... uhmm... más realista? —preguntó Doumyouji
— ¿En... ya sabe, su color de piel? —preguntó Nishikaido
— ¿Y... tal vez, que se ajuste el tamaño? —añadió Mimasaka expectante.
Aunque quieran una barriga lo más realista posible, no deberían ser tan obvios, pensó Tsukushi
— ¿Por qué necesitan un vientre ajustable para una escena de nacimiento? No creo que hayan muchos cambios llegado el momento del nacimiento —dijo el encargado mirándolos sospechosamente, para ser un mero accesorio de una obra de teatro, ellos eran demasiado específicos— No es para una escena de nacimiento, ¿no es así? Lo han pedido fuera de época y han sido bastantes específicos para lo que sería un simple accesorio. Ahora, ¿para qué es en realidad?
— Es para... —murmuró Tsukushi. Realmente quería decirle que era para engañar a la madre de alguien, pero si lo hacía, eso tiraría sus esfuerzos por el caño.
— Es para un video pornográfico —dijo Rui solemnemente mientras las mandíbulas de todos caían en proporciones anatómicamente imposibles.
La manera en que lo dijo, con un tono tan sombrío y el hecho de que lo dijera con una cara de póker dejó a los demás sin palabras. Hasta al encargado se le desencajó la mandíbula por la brutal honestidad de Rui.
— Lamento mucho que lo hayamos engañado... verá tenía miedo que se negara a vendérmela si sabía que era para un video de clasificación X. Soy el director, y estos son mi productor y diseñador de vestuario —dijo el señalando a Mimasaka y Nishikaido respectivamente y percatándose de que Doumyouji lo miraba molesto por no haberle dado ningún título añadió — Y este es mi actor principal. Ahora ya sabe por qué necesitamos que sea lo más realista posible. Necesitamos que tenga el mismo color de piel que esta señorita, la cual será la actriz principal de la película —continuó Rui en un muy serio y profesional tono, señalando a Tsukushi — Sería maravilloso que pudiera ser ajustable, ya que vamos a hacer tres videos, uno por cada trimestre. Por eso necesitamos que sea capaz de cambiar el tamaño de su vientre.
Tsukushi quiso protestar, pero se había quedado completamente sin palabras. No podía creer que el haya dicho eso, esa era el tipo de idea desquiciada que los otros tres llegaban a tener. Ella estaba completamente avergonzada y sabía que su cara estaba totalmente roja. Rui la había convertido en una actriz porno. Debido a eso Doumyouji estaba teniendo unos pensamientos pervertidos ya que su cara estaba completamente roja y estaba luchando con una hemorragia nasal.
— Va a tener que encargar una —dijo el encargado profundamente avergonzado por haber sido arrastrado a esa conversación — Venga conmigo.
El los condujo a la trastienda, donde tomó el color de Tsukushi con una paleta, luego tomó algunas medidas mientras murmuraba para si «Estos chicos de hoy en día...» y «Fetiches extraños». Entonces se registró la orden, se negoció un precio y se hizo el pago y se dieron las instrucciones de recoger la orden en siete días (Nishikaido urgió al encargado de darle prioridad, debido a que la producción de la película estaba estancada)
Fiel a su palabra la barriga estuvo lista en siete días. Tsukushi y Doumyouji regresaron, para que ella se la probara. Era una barriga inflable que se 
amarraba por detrás y por los hombros. Estaba cubierta por un material que asemejaba tanto la textura como el color de la piel y se ajustaba perfectamente a su estomago. El tamaño y la forma se ajustaban a través del ombligo de la barriga y era increíblemente ligera para algo tan grande que se llenaba con aire.
— Pareces una diosa —murmuró Doumyouji ruborizado que se había quedado mirando a Tsukushi que tenia puesta la barriga y se inspeccionaba en el espejo.
— Parece muy realista —dijo Tsukushi sorprendida por el trabajo del encargado.
— Es para un film, así que hice lo mejor que pude — dijo el encargado por un lado con admiración y por el otro con exasperación por su creación.
— Muchas gracias — dijo Doumyouji — Aquí tiene un pago extra por tan excelente trabajo y cumplir con el plazo.
El sacó su chequera y escribió algo en ella antes de pasarle el cheque a él. Los ojos del encargado se desorbitaron al ver la considerable propina que acababa de recibir.
Se despidieron del vendedor y llevando la caja de la barriga bajo su brazo (Tsukushi no la iba a usar en la calle), Doumyouji se giró hacia Tsukushi y dijo:
— ¡Un gran paso en el plan, un paso gigante para el futuro!
— Quieres decir... ¿Un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la Humanidad?
— Si, la misma cosa — resopló Doumyouji — ¡Vamos a comer! ¡Esto hay que celebrarlo!
— No tengo mucho dinero —dijo Tsukushi — No me pagan hasta el próximo jueves.
— Yo invito. No tienes que preocuparte por pagar —dijo Doumyouji un poco molesto por su reticencia en dejarlo pagar a él.
— Solo no elijas un lugar muy caro —dijo Tsukushi — O no iré
— Está bien, está bien, como sea, pero yo elijo ¿ok? No quiero comer comida de pobre
— ¿No vas a dejar el paquete?
Mi chofer no vendrá hasta dentro de tres horas —dijo Doumyouji, pero de repente él se detuvo y estiró una mano para detener a Tsukushi también.
— ¡Espera un segundo!
— ¿Qué? —preguntó Tsukushi sorprendida
— ¿Cómo voy a llevar esto a mi casa? ¡Demonios! —dijo Doumyouji frunciendo el ceño — No hay un lugar donde pueda esconder esto, los sirvientes limpian cada hincón y piedra...
— ¿No será… rincón y grieta? —dijo Tsukushi.
— ¡...y si encuentran esto, definitivamente le reportarán algo tan sospechoso a Tama! ¡Entonces ella se va a dar cuenta, luego mi hermana se enterará y entonces madre lo sabrá! —continuó Doumyouji ignorándola, el se veía mas y mas preocupado — ¡Lo que es peor, sabrán que esto es una bomba y dispondrán de ella!
— Sabes, siempre podemos esconderla en casa de alguien más — le dijo Tsukushi
— ¡Es cierto, podemos! —dijo Doumyouji dándose cuenta de que era cierto — Uhmmm... ¿en dónde?
— ¿En casa de algunos de los demás? Quiero decir, no puedes esconderlo precisamente en mi casa, es demasiado pequeña, además no quieres que mis padres se enteren.
— Buena idea —el sacó su teléfono y le marcó a Rui primero, explicándole la situación.
— Me gustaría, Tsukasa —replicó Rui — ¿Pero no crees que mi casa es muy antigua? No tengo ningún lugar donde esconder eso, además, creo que esa cosa es demasiado realista, y no quiero tenerla en el medio de mi habitación donde pueda verla...
— Entonces es un no
Doumyouji trató con Nishikaido
— En mi casa tengo una bodega, pero los sirvientes la limpian. No quiero que ellos le digan a mi madre que he adquirido algún extraño fetiche de mujer embarazada.
Ésta era su última opción. Doumyouji llamo a Mimasaka y le explicó lo desesperada que era la situación para él.
— Bueno, supongo que si puedes guardarlo en mi casa. Mi madre se fue de vacaciones a Europa con mis hermanas por unos meses, así que el lugar es todo mío. Puedes dejarlo en su Chalet, los sirvientes no lo tocan a menos que se les ordene. Es el lugar privado de mi madre, donde le gusta hacer de todo y nadie va ahí ya que a ella no le gusta que se lo estropeen.
— ¿En serio? ¿Entonces puedo dejarlo en tu casa?
— Si, supongo
— Akira, si estuvieras aquí, te besaría
— Por favor no. Como sea, ¿te puedo llamar después? ahora estoy con mi novia. Solo ven a dejar el paquete en la noche, ¡Bye!
— ¡Sí! —dijo Doumyouji cerrando su celular y lanzándolo al aire triunfal — ¡Todo resuelto! ¡Hora de comer!
Caminaron por la zona de tiendas, buscando un restaurante que cumpliera con los estándares de Doumyouji. Fue cuando, en su búsqueda de algo para comer, al pasar por un puesto de periódicos notaron el titular de un periódico grande que decía en letras negras y gigantes
HEREDERO DOMYOUJI AUNCIA NACIMIENTO DE NIÑO
Acciones alcanzan el más alto record de cotización

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