miércoles, 24 de junio de 2009

Es A Ti A Quien Quiero - cap 05 - Inuyasha x Kagome

CAP 5
No sabía cuántas horas llevaba allí, de rodillas, al lado de inuyasha, que estaba tumbado inconsciente. Ella lloraba sobre el pecho del chico, y aunque sabía que él no podía oírla, no paraba de hablarle:
- Inuyasha, por favor- decía ella entre lágrimas- despierta. No me dejes… despierta… tengo que pedirte perdón, por favor, no te rindas…
La chica no era sincera del todo en lo que se refería a pedir perdón. Aunque él la perdonara, ella nunca se perdonaría a sí misma por haber desconfiado de él. Ella tenía muy claro lo que haría: cuando acabaran con el alma de Naraku en el mundo de los muertos, volvería a su época y se alejaría por siempre jamás de él. No quería volver a fallarle. Durante mucho tiempo había estado pensando que él le había hecho daño, cuando en realidad lo único que quería era protegerla y había renunciado a kikyo por ella, amenazando a su antiguo amor de muerte, por ella… por ella… Y se lo pagaba de esa forma, haciéndole sentir celos con otro chico y esquivándolo a todas horas. Aunque despertara, ella no le diría que sabía la verdad. No podía. Qué le iba a decir?: “Gracias por haber renunciado a ella por mí, perdón, me he equivocado, en realidad no querías hacerme daño” No! Cómo iba a decirle eso? Aquello había ocurrido por falta de confianza y ella lo había tratado injustamente. Lo mejor sería que ella se alejara de él.
- Por favor, no te vayas, te necesito…-kagome miró un momento al chico- te quiero.
Aún con lágrimas en los ojos, ella se incorporó un poco para poner sus labios sobre los de inuyasha, dándole un corto pero tierno beso. Después volvió a poner su cabeza encima del pecho del chico, profundizando el llanto.
“Bum-bum, bum-bum…”
No era un sueño… el corazón de inuyasha estaba latiendo! Más tranquila, pudo comprobar en la mano que le tenía cogida que el pulso se movía lentamente, e incluso podía sentir como las venas del chico se comprimían y se descomprimían, enviando sangre de nuevo a todos los rincones de su cuerpo.
Se estaba poniendo el sol de nuevo. Inuyasha abrió los ojos después de haber estado dormido casi un día entero y miró a su alrededor. Estaba solo en la cabaña. Intentó incorporarse, pero la herida casi cicatrizada se lo impedía. Miró por dentro del kimono y la observó: empezaba con la marca de un gran agujero en los músculos abdominales, que se extendía como si fueran ramas hasta el cuello, dejando marcadas en el pecho unas formas parecidas a relámpagos: seguramente el gusano le inyectó veneno en el momento del ataque. Aunque el veneno se había extinguido, la herida le dolía igualmente.
Pero… Y kagome?! Cómo estaba ella??? Intentando no doblar mucho los abdominales, se levantó lentamente y, sin molestarse a ponerse la túnica roja encima de la que llevaba puesta (la blanca)(y los pantalones, claro XD) salió fuera. Delante de él en la orilla del río del pueblo, se encontraban Miroku, Sango y Kaede. Éstos, al verle despierto, corrieron hacia él. Le preguntaron cómo estaba, que si le dolía la herida, etc. Él respondió brevemente a las preguntas, con prisa, y les preguntó por Kagome. Sango agachó la cabeza misteriosamente pero Miroku le contó que un instante antes de que él despertara, le habían dicho a la chica que fuese a dar una vuelta para despejarse, y ella se había internado en el bosque. Inmediatamente, inuyasha se puso a correr en dirección hacia la espesura y, efectivamente, empezó a sentir su olor. Lo siguió durante pocos minutos tan rápido como pudo, hasta que llegó al árbol sagrado: allí estaba ella.
Kagome, al percatarse de su presencia, se levantó inmediatamente de las raíces donde estaba sentada. Pasaron unos minutos mirándose, sin decir nada. El mediodemonio aún podía ver dolor en los ojos de la joven adolescente, aunque lo que no sabía era que la razón había cambiado. Al final, fue él quien se decidió a hablar primero:
- Esto… estás bien?- preguntó con timidez.
- Sí, gracias, estoy bien.
- Seguro? No te duele nada?
- No. Todo gracias a ti. Perdona- los ojos de kagome empezaron a humedecerse- debo irme.
Al pasar por el lado de inuyasha, kagome tropezó con una piedra. Antes de que cayera al suelo, él, con rapidez, se colocó delante de la chica y la cogió con delicadeza. Ella apoyó instintivamente las manos en los codos del chico para no caerse. En aquel momento, su mirada se desvió inevitablemente hacia el cuello de inuyasha: pudo ver el final de una de las extensiones de la herida. Tragó saliva fuertemente, aguantándose para no llorar. Tan grande y grave había sido? Ignorando la cercanía, alargó sin ser consciente una de sus manos hacia la clavícula de él y contempló la marca roja que empezaba a volverse rosa. Miró al mediodemonio y preguntó débilmente:
-Puedo?
- Adelante.
La chica cogió el cuello del kimono blanco y empezó a tirar de él con delicadeza. (NO PIENSEN MAL, XD). A medida que iba dejando el pecho al descubierto, podía ver todas las extensiones de la grave herida, hasta que llegó a los abdominales y observó la gran marca casi redonda, la que había sido atravesado por el tentáculo que iba a por ella.
- Madre mía…- suspiró empezando a llorar.
- Tranquila- contestó él. Levantó una mano para secar las lágrimas de sus mejillas, aprovechando para verter una leve caricia.
Ella cerró los ojos y, temblando, disfrutó de aquella sensación.
- Te… Te duele mucho?- preguntó sin abrir los ojos cuando él aún no había retirado los dedos de su rostro.
- Deja de preocuparte. No le des más vueltas. Estamos vivos los dos, pues ya está.
La chica levantó el rostro, olvidando la poca distancia que había entre ellos. En aquel instante, sus miradas encajaron de tan cerca que hasta podían contarse las pestañas mutuamente. Estaban tan cerca…
FIN DEL CAP 5!

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